Quien se detenga a contemplar a la muchedumbre
que atesta las calles de una populosa ciudad verá a muchos transeúntes cuyos
aires, gestos y movimientos le será difícil observar sin desdén y sin risa;
ahora bien, si examina cuáles son las apariencias que tan poderosamente le
resultan irrisorias, entre ellas no hallará la pobreza ni la enfermedad, ni
tampoco defectos involuntarios o dolorosos. La propensión a la mofa y el insulto
las despierta la superficialidad del lechuguino, la hinchazón del indolente, la
vivacidad de quien peca de ligereza o la solemnidad de la falsa grandeza; el
paso vivaz, el pavoneo suntuoso, la actitud arrogante, el semblante altanero,
los gestos hechos para llamar la atención, las miradas elaboradamente amañadas
para darse aires de importancia.
Samuel Johnson (1750),
citado en "Vida de Samuel Johnson", de James Boswell
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