jueves, 23 de septiembre de 2010

Utilidad del arte para el romanticismo alemán

"¿Y qué entiendes tú con la palabra utilidad? ¿Ha de orientarse todo a la comida, la bebida y el vestido? O el hecho de que yo conduzca mejor una nave, invente máquinas más cómodas, ¿ayuda a comer mejor? Lo digo una vez más: lo verdaderamente elevado no puede ser útil; esta utilidad es totalmente extraña a la naturaleza divina de lo excelso, y exigirla significa envilecer lo sublime y rebajarlo al nivel de las necesidades ordinarias de la humanidad. Es verdad que el hombre tiene necesidad de muchas cosas, pero no ha de rebajar su espíritu a la condición de siervo del siervo, del cuerpo. Debe tomar precauciones como un buen señor de casa, pero el curso de su vida no ha de cifrarse en este cuidado por la mera supervivencia. Y así considero el arte como una garantía de nuestra inmortalidad..."
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Ludwig Tieck, "Franz Sternbald"

sábado, 18 de septiembre de 2010

Epicuro, siempre actual

"En cuanto al pesar del alma, está producido por perturbaciones y falsas concepciones causadas por opiniones y creencias vagas, vanas e irracionales, que la prudencia y la filosofía consiguen pronto extirpar. Son estas vanas opiniones que la sociedad fomenta la causa de nuestros temores y angustias (frente a la muerte, los dioses, los demás hombres), y de nuestras ansiedades y desbocadas esperanzas. Pero la Naturaleza ha dejado la felicidad al alcance del hombre que sabe atenerse a los objetivos y moderados términos de su condición natural. "Gracias a la feliz Naturaleza porque hizo fácil de conseguir lo necesario y difícil de obtener lo innecesario".
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"Epicuro", de Carlos garcía Gual

martes, 14 de septiembre de 2010

La piedad según Zweig

"Hay dos clases de piedad. Una, débil y sentimental, que en realidad sólo es impaciencia del corazón para liberarse lo antes posible de la penosa emoción ante una desgracia ajena, es una compasión que no es exactamente compasión, sino una defensa instintiva del alma frente al dolor ajeno. Y la otra, la única que cuenta, es la compasión desprovista de lo sentimental, pero creativa, que sabe lo que quiere y está dispuesta a aguantar con paciencia y resignación hasta sus últimas fuerzas e incluso más allá."
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Stefan Zweig, "La impaciencia del corazón"
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Dedicado a MEG, Leontino, Ana, Joan y, claro, Chili. No somos los "Happy few" que decía Stendhal, pero casi...